Atentos porque vamos a tener internet hasta en la sopa. Según un estudio de la empresa Juniper Research, en 2021 habrá 46.000 millones de dispositivos conectados a internet. Es la consecuencia natural de la evolución de eso que se llama el internet de las cosas y del abaratamiento de los costes del hardware. Es decir, que en solo 5 años internet estará más presente que nunca en nuestros objetos cotidianos, pero también en los servicios públicos e industriales, según esta fuente. Así que, vayamos preparándonos para ello.

Internet estará hasta en la sopa Internet estará hasta en la sopa

Internet estará hasta en la sopa

¿Qué es el internet de las cosas?

Este concepto nos ayuda a definir la interconexión digital de los objetos cotidianos. Ahora mismo somos en el mundo más personas conectadas a internet que cosas, pero llegará un momento que el fenómeno será a la inversa.

El concepto lo acuñó en el año 1999 Kevin Ashton. Hoy en día ya hay en el mercado muchos objetos cotidianos que pueden funcionar a través de internet: por ejemplo, se puede conectar la calefacción o bajar las persianas de nuestra casa a través de una aplicación del móvil. Hay frigoríficos con sensores que hacen la compra por internet en el supermercado cuando detectan que los alimentos se agotan: su ven que se acaba el zumo de naranja y los yogures, conectan con la web de la tienda, hacen el pedido y nos avisan de que van a traerlo a casa.

Aunque no son de uso generalizado, estos avances ya existen y son una realidad. Pero, lo que llamamos el internet de las cosas llegará todavía más lejos: detector de medicinas caducadas en los botiquines, reguladores automáticos de la iluminación en el hogar y una larga lista que nos dotará de un entorno inteligente, competitivo y avanzado.

¿Cómo será esa evolución de internet el próximo lustro?

Según los expertos no será un camino de rosas. El motivo es que habrá desafíos que no llegarán a cumplirse en tiempo y forma. Por ejemplo, los sistemas de base de datos puede que no evolucionen al mismo ritmo de las necesidades y demandas que generará esa expansión en el uso del internet de las cosas. Será necesario poner énfasis en los sistemas de análisis inteligentes y, por descantado, en bloquear o dar respuestas a las amenazas que llegarán a través de la seguridad de internet.

El internet de  las cosas viene para facilitarnos la vida, pero también allana el camino de los hackers para acceder a nuestros datos.

¿Dónde se usa hoy en día el internet de las cosas?

Sobre todo, en el sector privado con el desarrollo de nuevas aplicaciones y funcionalidades.

Por ejemplo, en la industria cada vez son más los procesos que funcionan conectados a internet, lo que permite a las empresas centralizar el control de producción y de infraestructuras. También en las ciudades proliferan los elementos conectados a la red, como semáforos, cámaras urbanas, etc. O las aplicaciones que tienen a mano los usuarios con información real y actualizada sobre el transporte urbano de su zona. Son el anuncio y el despegue de lo que llamamos ciudades inteligentes.

Sus aplicaciones medioambientales también son numerosas: sensores atmosféricos, meteorológicos o sísmicos que, conectados a la red, nos proporcionan información muy valiosa. Y, desde luego, en el ámbito de salud el internet de las cosas tiene un gran campo de acción. Por ejemplo, la atención telemática a pacientes.

Algunos objetos sorprendentes, conectados a internet.

Ya hemos analizado lo que está por llegar. Pero también tenemos ejemplos de productos que nos han sorprendido por sus funcionalidades al estar conectados a la red. Te ponemos algunos ejemplos:

  • Comederos para mascotas, que pueden gestionarse a distancia: ideales para cuando sales unos días de vacaciones. Los programas para que suministren una determinada cantidad de pienso a tu perro o a tu gato, una o varias veces al día y, con su cámara web, puedes confirmar que el animal se alimenta correctamente.
  • Cepillos de dientes conectados a nuestro teléfono móvil: para controlar que nuestros hijos cumplen con su higiene bucal de manera regular y adecuada.
  • Anillos cariñosos: hay anillos que pueden ayudarte a acariciar a tu pareja en la distancia. Cuando tú juegues con el tuyo, tu pareja sentirá lo mismo en el suyo. Un buen ejemplo de mimos a distancia, gracias a la red.

Son sólo unos ejemplos de que vienen a demostrar que internet va a estar cada vez más presente en nuestras vidas.