Aquello que hace unos años aparecía en las películas de corte futurista y que nos dejaban son palabras son hoy una realidad, aunque con algunos matices: a realidad virtual, la interconexión sin límites, las pantallas planas con anverso y reverso…
Si hay algo que nos seduce, es imaginar cómo será nuestro futuro tecnológicamente. Y, aunque llevamos año jugando a imagina, el margen de error está resultando mínimo: muchas veces la realidad ha superado y supera a la ficción.
Pues bien, Microsoft también juega a este juego. El gigante tecnológica gusta de imagina cómo será nuestro mundo en un periodo máximo de dos lustros y avanza algunas pistas que nos ayudan mucho a concretar ese imaginario. Hoy, desde Camaltec Ibérica, te invitamos a soñar en ese mundo avanzado que nos plantea Bill Gates para un futuro muy próximo.
El papel protagonista de la realidad aumentada.
Seguro que eso ya a nadie lo sorprende. De hecho, hemos tenido un buen aperitivo con la fiebre que ha despertado a nivel mundial el exitoso Pokémon GO. ¿Quién nos iba a decir hace unos años que auténticas hordas de personas iban a salir a las calles de todo el planeta a capturar monigotes virtuales? Pues, a la vista está…
Los expertos dicen que, en pocos años, será difícil diferenciar entre la realidad y el mundo virtual. Visto así, da miedo ¿verdad? Pero lo cierto es que nos lo venden como un avance: nos hará la vida más fácil, estaremos mejor conectados, nuestras comunicaciones serán más efectivas… Eso es que avanza Microsoft que, por cierto, lleva más de 5 años diseñando aplicaciones basadas, precisamente, en la realidad aumentada. Es decir, que hay una base real para su predicción.
Por ejemplo, ha registrado varias patentes de herramientas que permiten localizar objetos a través de la tecnología. Sobre todo, esos objetos que perdemos y encontramos constantemente en nuestra vida diaria: llaves, cartera, teléfonos móviles… Primero las encontraremos en el mundo virtual y, gracias a esas herramientas, las localizaremos en el real.
Evidentemente, para implementar estos avances en nuestra vida todo nuestro entorno debe estar digitalizado. En un es posible que recurramos a asistentes virtuales que ya conocemos hoy como Siri, Cortana o Alexa para detectar esos objetos perdidos o saber qué bienes de consumo debemos reponer porque se están agotando. De hecho, ya existen frigoríficos tecnológicamente avanzados que hacen la compra telemática del zumo a nuestro supermercado, cuando detecta que se está acabando. En poco tiempo, el repartidor llama a nuestra puerta con los repuestos solicitados sin que nosotros tengamos que intervenir más allá de la programación.
Las pantallas del futuro, según Microsoft.
Son el elemento que nos sirve para comunicarnos con nuestros dispositivos y dejarán de ser pantallas planas incrustadas en nuestra tele, en el móvil o en la tablet. Microsoft habla de un futuro próximo con pantallas en nuestras muñecas o en nuestra cara, gracias a la realidad aumentada.
Ahí tememos ya Hololens, las gafas de realidad virtual diseñadas por Microsoft que consiste en superponer objetos e imágenes en nuestro entorno habitual, como por ejemplo el salón de nuestra casa. Según la multinacional de Bill Gates, el progreso tecnológico se centra ahora en reducir al máximo el hardware para incorporar esta tecnología a dispositivos muy pequeños.
Las pantallas de hoy seguirán teniendo sus funciones, pero se harán más ligeras y volátiles, incluso flexibles como una revista y aumentarán sus posibilidades de conectividad. Por su parte, los relojes inteligentes seguirán conquistado ámbitos impensables de nuestro día a día…
En el vídeo publicado hace unos meses por Microsoft sobre el futuro que nos adelantas sus expertos aparecen también pantallas gigantes, dispositivos de diseño y funcionalidades futuristas, impresoras 3D para todo, hologramas… un mundo casi fantástico en un periodo, dicen, de entre 5 y 10 años.
Como ejemplos concretos aparecen gafas de bucear con tecnología de realidad aumentada, escuelas dotadas tecnológicamente con dispositivos táctiles e impresoras de última generación, oficinas cuyas paredes de cristal se convierten en enormes pantallas a todo color.
Realidades sorprendentes que cambian nuestra visión de los objetos familiares y cotidianos y dan un nuevo sentido a las cosas. Mientras, nos el futuro que viene nos convierte en personas conectadas de forma permanente, rodeados de flujos constantes de información y datos. Unas fuentes inagotables que, a nuestro entender, tendremos que ordenar, clasificar y dosificar, si no queremos que nos superen.