Nueva entrega relacionada con el magnífico trabajo del equipo de diseñadores gráficos de Camaltec, en este caso, para la página vientredealquiler.org. Ya sabéis que nos encanta asomarnos a menudo por aquí para mostraros sus trabajos, normalmente centrados en el diseño de logotipos para empresas y páginas web. Nos encanta hacerlo porque en la mayoría de los casos son diseños certeros, cargados de significados y muy potentes. Y en caso que hoy os traemos hasta aquí no es una excepción. Lo comprobaréis enseguida.
Una imagen vale más que 3 palabras.
Es lo primero que hemos pensado, cuando hemos visto el nuevo logotipo que ilustra la web. No se podía haber reflejado mejor todo lo que llevan implícita estas 3 palabras: vientre de alquiler. Un trabajo basado en la sencillez, la sensibilidad y la ternura, pero sin dejar margen a la interpretación. Es decir, el logotipo es claro y contundente, tanto en su parte icónica como en la textual.
En la primera, situada al inicio del texto, aparece la parte central del cuerpo de una mujer en avanzado estado de gestación. Las líneas que dibujan su figura son sencillas, discretas, volubles, redondeadas. Muestran un abdomen abultado y unas caderas generosas, necesarias para acoger en su interior un bebé que aparece bien construido, firme, contundente. La silueta del bebé toma todo el protagonismo, al mostrarse en color sobre el fondo blanco del contorno de la madre.
El sujeto del mensaje no es la madre que cede el vientre para el desarrollo del niño, sino ese niño buscado y deseado que ya está aquí para dar respuesta a los desvelos de un padre, de una madre o de una pareja que lo estaban esperando. ¡Es el regalo!
El acierto del texto y el color.
Nuestra mente identifica rápidamente esos tonos rosados con un bebé recién nacido o a punto de hacerlo. Es el color de la ternura, de la dulzura, de la más tierna infancia. Y aparece en un degradado creciente, desde la falsa “V” que forman las piernas de la madre hasta el final del texto o titular. Los tonos más fuertes corresponden a la parte culminante del mensaje: por un lado al bebé que nacerá del vientre de alquiler y por el otro extremo, al término “alquiler” que le da un sentido particular a la palabra “vientre”.
Por otro lado, el icono que representa la silueta de la madre gestante huye de complementos emocionales. Es decir, en otra situación suelen aparecer unas manos acariciando el vientre, como símbolo del amor de la madre al hijo que espera. Pero, precisamente, el objetivo es el contrario: un vientre de alquiler representa una gestación por substitución, un acuerdo, un proceso de cesión, una situación en la que no caben los vínculos anímicos.
Lo mejor de esta representación gráfica es que ha conseguido incluir, mostrar y transmitir todos esos elementos en su justa medida y en un lugar inequívoco. Por un lado, la ternura para el bebé deseado y esperado. Por el otro, la funcionalidad de una maternidad cedida.