No os creeríais la cantidad de veces que hemos escuchado en nuestro día a día eso de que “hace 10 años yo estaba el primero, pero ahora ya no”. Esto tiene una explicación bastante obvia: Google se ha ido poniendo sibarita con el paso del tiempo, y es completamente normal. Con los años se han multiplicado las webs y los usuarios, por lo que su trabajo se ha complicado un poco y han cambiado las normas del juego.

Despierta tu SEO no se va a hacer solo Despierta, tu SEO no se va a hacer solo
Despierta, tu SEO no se va a hacer solo

Hoy en día ya no posiciona cualquiera, sino que es necesario “bailarle un poco el agua” al señor don Google para llegar a ocupar las primeras posiciones en los rankings. Si sois nuevos en esto del SEO puede que creáis que os viene grande o que llegáis tarde, pero permitidme que os diga que no podéis estar más equivocados. En el SEO, como en la vida, mejor tarde que nunca.

Seguro que tendréis muchísimas dudas, pero empecemos por los básicos antes de construir un tejado sobre la nada. ¡Vamos al lío!

¿Qué es el SEO?

El SEO, también llamado «optimización de motores de búsqueda», «posicionamiento en buscadores» o por su variable inglesa «Search Engine Optimization», es el proceso de mejorar la visibilidad de un sitio web en los resultados orgánicos de los diferentes buscadores. En otras palabras: el SEO consiste en mejorar la posición de un resultado concreto en la lista de resultados que nos enseña Google cuando buscamos algo en la cajetilla de búsquedas.

Como podréis ver en este blog, el SEO no es algo rápido o algo que siga unas normas estrictas, sino una disciplina que cambia cuando menos te lo esperas y en la que cada web es un mundo. No obstante, como si de un juramento hipocrático se tratase, nosotros podemos prometer y prometemos que estaremos aquí para comentaros todos esos cambios. Así que tranquilos, podréis iros de vacaciones que nosotros os cubrimos.

¿Cómo funciona el SEO?

Como decíamos, Google ha ido poniéndose más exquisito a la hora de priorizar unas webs sobre otras, y para ello ha desarrollado una serie de algoritmos automáticos que clasifican las páginas web. Básicamente, envían a sus secuaces las “arañas” a “rastrear” los sitios y que comprueben si cumplen con los más de 100 factores que influyen en el posicionamiento SEO y que determinan si el dominio es valioso o inútil para el usuario, que no deja de ser ese jefe que no pasa ni una a Google.

A simple vista podríamos clasificar todos esos factores en dos grupos: aquellos que podemos controlar y aquellos que no. Ejemplo de este último grupo son la famosa antigüedad de dominio, autoridad de dominio, autoridad del hosting, número de competidores, etc. Como es evidente, a partir de ahora vamos a ignorar estos factores, ya que, si no vamos a poder cambiarlos, lo mejor será que nos pongamos las pilas con aquellos que sí podemos cambiar.

¿Por qué es importante?

Porque ante un mercado superpoblado solo conseguiréis llamar la atención de los motores de búsqueda (Google, Yahoo, Bing, etc.) si apostáis por el SEO. Pero pongamos un par de razones más sobre la mesa:

  1. El SEO multiplica la visibilidad de una web.
  2. Mejora la apariencia y la utilidad del contenido de una página web.
  3. Es una inversión a largo plazo que rentabilizará un comercio online.
  4. Aumenta el impacto en las redes sociales.
  5. Aporta confianza y credibilidad a un negocio.

Seamos sinceros: nadie va a buscar nuestra tienda online “complementos Pepito” poniendo nuestro nombre en el buscador -nadie está tan inspirado-, así que tendremos que dejarles claro a los motores que nosotros tenemos todo tipo de complementos. Y esto, queridos amigos, solo se consigue con SEO.

Conclusión

Si sois de los que opinan que ya tienen suficiente con sus medios publicitarios “de toda la vida”, lo sentimos, pero una vez más estáis equivocados. ¡Despertad! Pasamos las 24 horas del día rodeados de ese gran invento llamado Internet, el cual nos da toda la información que podamos llegar a imaginar sobre cualquier cosa que se nos pase por la mente. Es más, ya tiene que estar muy coja una mesa para que alguien saque partido al listín telefónico, o muy mal hemos calculado nuestro porcentaje de batería para ir leyendo los flyers que nos encontramos por la calle.

Si aún así os negáis a poneros al día, recordad nuestras palabras cuando vuestros competidores os coman y os veáis obligados a cerrar vuestro negocio, ese que tanto esfuerzo os ha costado. No queremos ser crueles, solo queremos que despertéis de una vez y os centréis en lo importante.

¿Estáis preparados? ¡Os echamos un cable!